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martes, 27 de mayo de 2014

Domingo VII del tiempo de Pascua - 1 de Junio 2014



PRIMERA LECTURA

La primera reunión plenaria del episcopado cristiano no se tuvo en una forma cerrada, puramente clerical. Dentro de ella había seglares, sobre todo mujeres. El hecho de que tenga que haber una jerarquía; no quiere decir que los demás miembros de la comunidad no sean también decisivos.




Lectura de los Hechos de los Apóstoles 1, 12-14
Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón de Celotes, y Judas el de Santiago.
Todos ellos se, dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.
SALMO RESPONSORIAL
Sal 26,1. 4. 7-8a


R/. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida
 [o Aleluya].
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensade mi vida,
¿quién me hará temblar?
Una cosa pido al Señor,
eso buscare:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
  SEGUNDA LECTURA

Cosa normal es que la Iglesia sufra a causa de la misma proclamación del Evangelio, cuando esta última no se avenga a los planes de los poderes constituidos. En ese caso, los cristianos -sobre todo, los más representativos- han de estar atentos a que no se les acuse por fallos comunes.




Lectura de la primera carta del. Apóstol San Pedro 4,13-16.
Queridos hermanos:
Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo.
Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos vosotros, porque el Espíritu de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por homicida, ladrón, malhechor o entrometido.
Pero si sufre por ser cristiano que no se avergüence, que dé gloria a Dios por este nombre.

 
EVANGELIO
La evangelización es un circuito cerrado, que parte de Dios, pasa por Cristo y llega a los que reciben la Palabra. Es inútil pretender que la corriente evangelizadora se fije en un solo polo: Dios o el mundo.
Quien comulga con Cristo, se supone que está dispuesto a «compartir sus padecimientos»; quien celebra la actitud de Jesús de dar testimonio de la verdad hasta la muerte, participa de su misma misión. El que proclama la verdad, «glorifica a Dios sobre la tierra», y el Padre «le glorifica» a él.


Lectura del santo Evangelio según San Juan 17, 1-11a.
En aquel tiempo; levantando los ojos al cielo, Jesús dijo:
Padre, ha llegado la hora,
glorifica a tu Hijo,
para que tu Hijo te glorifique
y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne,
dé la vida eterna a los. que le confiaste.
Esta es la vida eterna:
que te conozcan a ti, único Dios verdadero,
y a tu enviado, Jesucristo.
Yo te he glorificado sobre la tierra,
he coronado la obra que me encomendaste.
Y ahora Padre, glorifícame cerca de ti,
con la gloria que yo tenía cerca de ti
antes que el mundo existiese.
He manifestado tu Nombre
a los hombres que me diste de en medio del mundo.
Tuyos eran y tú me los diste,
y ellos han guardado tu palabra.
Ahora han conocido
que todo lo que me diste procede de ti,
porque yo les he comunicado las palabras
que tú me diste
y ellos las han recibido,
y han conocido verdaderamente que yo salí de ti,
y han creído que tú me has enviado.
Te ruego por ellos;
no ruego por el mundo,
sino por éstos que tú me diste y son tuyos.
Sí, todo lo mío es tuvo y lo tuyo mío;
y en ellos he sido glorificado.
Ya no voy a estar en el mundo,
pero ellos están en el mundo
mientras yo voy a ti.


Lectura Dominical Sun Jun 01 2014

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Hechos: 1, 1-11

Se fue elevando a la vista de sus apóstoles.

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios.

Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: "No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo".

Los ahí reunidos le preguntaban: "Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la soberanía de Israel?". Jesús les contestó: "A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra".

Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse".

Del salmo 46

Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.

Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo. R/.

Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. R/.

Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo. R/.

Efesios 1, 17-23

Lo hizo sentar a su derecha en el cielo.

Hermanos: Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que les conceda espíritu de sabiduría y de reflexión para conocerlo.

Le pido que les ilumine la mente para que comprendan cuál es la esperanza que les da su llamamiento, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que confiamos en Él, por la eficacia de su fuerza poderosa.

Con esta fuerza resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, por encima de todos los ángeles, principados, potestades, virtudes y dominaciones, y por encima de cualquier persona, no sólo del mundo actual sino también del futuro.

Todo lo puso bajo sus pies y a Él mismo lo constituyó cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, y la plenitud del que lo consuma todo en todo.

O Bien:

Hebreos: 9, 24-28; 10, 19-23

Cristo entró en el cielo mismo.

Hermanos: Cristo no entró en el santuario de la antigua alianza, construido por mano de hombres y que sólo era figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo por nosotros.

En la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el santuario para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De hecho, Él se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Y así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda vez, pero ya no para quitar el pecado, sino para la salvación de aquellos que lo aguardan y en Él tienen puesta su esperanza.

Hermanos, en virtud de la sangre de Jesucristo, tenernos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque Él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.

Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra.

San Lucas: 24, 46-53

Mientras los bendecía, iba subiendo al cielo.

En aquel tiempo, Jesús se apareció a sus discípulos y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto. Ahora yo les voy a enviar al que mi Padre les prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo alto".

Después salió con ellos fuera de la ciudad, hacia un lugar cercano a Betania; levantando las manos, los bendijo, y mientras los bendecía, se fue apartando de ellos y elevándose al cielo. Ellos, después de adorarlo, regresaron a Jerusalén, llenos de gozo, y permanecían constantemente en el templo, alabando a Dios.


Creer es también saberse enviado”

I. LA PALABRA DE DIOS

* Hch 1,1-11: “Se elevó a la vista de ellos”

* Sal 46,2-3.6-9: “Dios asciende entre aclamaciones, el Señor, al son de
trompetas”

* Ef 1,17-23: “Lo sentó a su derecha en el cielo”

* Mt 28,16-20: “Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra”

II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO

* Mientras San Lucas “hace caminar” a Jesús casi constantemente hacia
Jerusalén para culminar allí su Pascua,
San Mateo “hace salir” de allí a los discípulos para centrar en
Galilea la misión que se les confía. Parece querer
dejar atrás el giro en torno a la ciudad de David, para indicar que el
Templo y la Ciudad habían perdido su
significado y que sólo Jesús es el Nuevo Templo, y que el Resucitado
era, es, el Centro de todo.

* “¿Qué hacéis ahí mirando al cielo?” He aquí una forma de
lucha de Cristo contra la tentación a la que
parecían sentirse llamados los discípulos. Sumergirse en la realidad
del mundo, anunciar su Reino, proclamarle a
Él como resucitado: esa era la misión. Nadie tiene derecho a quitar a
la fe su carácter de comunicable. Aunque
resulte difícil el testimonio, nadie puede eludirlo. Creer en Jesucristo
es tener conciencia de testigo enviado. La
fe, al ser vivida, se hace testimonio.

III. SITUACIÓN HUMANA

* La mirada que dirigimos al mundo puede convertirse en llamamiento. Nuestro
mundo de hoy es más proclive al
lamento que al compromiso. Porque es más sencillo quejarse que remediar
algo.

IV. LA FE DE LA IGLESIA
* La fe

_ Jesús subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso:
“``Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí''
(Jn 12,32). La elevación en la Cruz significa y
anuncia la elevación en la Ascensión al cielo. Es su comienzo.
Jesucristo, el único Sacerdote de la Alianza nueva
y eterna, no ``penetró en un Santuario hecho por mano de hombre, ... sino
en el mismo cielo, para presentarse
ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro'' (Hb 9,24)” (662; cf
659-664).

* La respuesta

_ Misión de los Apóstoles y de la Iglesia en el mundo:
“Jesús es el enviado del Padre. Desde el comienzo de su ministerio,
``llamó a los que él quiso, y vinieron donde
él. Instituyó Doce para que estuvieran con él y para enviarlos a
predicar'' (Mc 3,13-14). Desde entonces, serán sus
``enviados''. En ellos continúa su propia misión: ``Como el Padre me
envió, también yo os envío'' (Jn 20,21)” (858,
cf 859-860. 849-852).
_ El testimonio de vida cristiana, exigencia para los bautizados: 2044.
2045. 2046.

* El testimonio cristiano

_ “La Iglesia, enriquecida por los dones de su Fundador y guardando
fielmente sus mandamientos del amor, la
humildad y la renuncia, recibe la misión de anunciar y establecer en todos
los pueblos el Reino de Cristo y de
Dios. Ella constituye el germen y el comienzo de este Reino en la tierra (LG
5)” (768).
_ “(La Iglesia) continúa y desarrolla en el curso de la historia la
misión del propio Cristo, que fue enviado a
evangelizar a los pobres .... impulsada por el Espíritu Santo debe avanzar
por el mismo camino por el que avanzó
Cristo; esto es, el camino de la pobreza, la obediencia, el servicio y la
inmolación de sí mismo hasta la muerte, de
la que surgió victorioso por su resurrección (AG 5)” (852).

Ante la tentación de quedarse extasiado (Tabor), ahora el mandato es
apremiante: “Seréis mis testigos”, para que
“en el cielo, en la tierra y el abismo, toda rodilla se doble y todo el
mundo proclame que Jesús es el Señor para
gloria de Dios Padre”.




lunes, 19 de mayo de 2014

DOMINGO VI DE PASCUA - 25 DE MAYO 2014



PRIMERA LECTURA
El vértice eclesial, que entonces era Jerusalén, sólo envía a Pedro y a Juan, cuando el evangelizador Felipe les presenta el hecho consumado de los nuevos cristianos. ¿Por qué, pues, esperarlo todo de unas directivas de arriba? En vez de protestar contra la jerarquía, habría que ofrecer soluciones concretas.


Lectura de los Hechos de los Apóstoles 8,5-8. 14-17.
En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaría y predicaba allí a Cristo. El gentío escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.
Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaría había recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por los fieles, para que recibieran el Espíritu Santo; aún no había bajado sobre ninguno, estaban sólo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
SALMO RESPONSORIAL
Sal 65,13a. 4-5. 6-7a. 16 y 20

R/. Aclamad al Señor, tierra entera. [o Aleluya].
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a ¡Dios: «Qué temibles son tus obras.»
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres.
Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna eternamente.
Fieles de Dios, venid a escuchar;
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios que no rechazó mi súplica.

 SEGUNDA LECTURA
Los cristianos no deben imponer su fe a los demás con orgullosas pretensiones. Solamente deben ser hombres de buena conducta y llenos de esperanza, hasta tal punto de que sus compañeros queden sorprendidos y les pregunten qué esperan y por qué. Entonces será oportuna una respuesta de la fe.


Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 3,15-18.
Hermanos:
Glorificad en vuestros corazones a Cristo Señor y estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere; pero con mansedumbre y respeto y en buena conciencia, para que en aquello mismo en que sois calumniados queden confundidos los que denigran vuestra buena conducta en Cristo; que mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal.
Porque también Cristo murió una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. Murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu.


 
EVANGELIO
El Espíritu Santo, presente en la comunidad de creyentes, es el único defensor y abogado que Jesús ha legado a sus discípulos. La Iglesia no deberá buscar otras apoyaturas de tipo mundano, por muy honorables y respetables que sean.
La unión con Cristo supone la aceptación en nuestra vida del «Espíritu de Verdad»; reconocer este espíritu y aceptar que viva en nosotros. Este espíritu habita en nosotros, pero no es el espíritu «del mundo», porque «no lo ve ni lo conoce». Participar de este sacramento es igual que aceptar ser en medio de la sociedad la causa por la que se enfrenten y luchen estos dos espíritus.


Lectura del santo Evangelio según San Juan 14,15-21.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis porque vive con vosotros y está con vosotros.
No os dejaré desamparados, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis, y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, vosotros conmigo y yo con vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.

REFLEXION DE LAS LECTURAS ENTORNO AL CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA

El Espíritu vive con nosotros y está en nosotros”

I. LA PALABRA DE DIOS

* Hch 8,5-8.14-17: “Les imponían las manos y recibían el Espíritu
Santo”

* Sal 65,1-7.16.20: “Aclama al Señor, tierra entera”

* 1P 3,15-18: “Murió en la carne, pero volvió a la vida por el
Espíritu”

* Jn 14,15-21: “Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor”

II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO

* Ahora es aceptado incluso por quienes no habían sido admitidos por
Israel. El Espíritu sólo se da, según San
Lucas, a quienes están en comunión con los Doce.

* Todo el discurso de la última Cena respira en Juan un clima de intimidad
personal, propio de quien abre el
corazón a sus amigos. En el versículo 15, pone Juan el amor como
condición para cumplir con los preceptos: “Si
me amáis, guardaréis mis mandamientos”; y en el versículo 21,
exactamente al revés: “El que acepta mis
mandamientos y los guarda, ese me ama”. Lo verdaderamente cristiano es la
anulación de fronteras entre lo
personal y lo preceptivo “Ama y haz lo que quieras”.

* El amor no es condición para el decreto. La obediencia “guarda”,
“observa”, “cumple”: el amor cristiano se
hace actitud, seguimiento. La adhesión no suele hacer distinciones entre
quien manda o lo que se manda. Ni es
tampoco obediencia ciega, porque es fruto de la madurez y de la
convicción.

III. SITUACIÓN HUMANA

* Hay importantes sectores de la sociedad que creen que las leyes oprimen,
quitan libertad, que destruyen la
creatividad humana. Se convierten así en algo insoportable, de lo que hay
que liberarse cuanto antes.
Los que creen en la ley como cauce de convivencia la cumplen sin agobios, sin
conciencia gregaria, con la
seguridad del bien común que de ese cumplimiento se sigue.

IV. LA FE DE LA IGLESIA
* La fe

_ Promesa del Espíritu Santo:
“Por fin llega la Hora de Jesús: Jesús entrega su espíritu en las
manos del Padre en el momento en que por su
Muerte es vencedor de la muerte, de modo que, ``resucitado de los muertos por
la Gloria del Padre'' (Rm 6,4),
enseguida da a sus discípulos el Espíritu Santo dirigiendo sobre ellos
su aliento. A partir de esta hora, la misión
de Cristo y del Espíritu se convierte en la misión de la Iglesia:
``Como el Padre me envió, también yo os envío''”
(730; cf 729).
_ La misión del Espíritu Santo en la Liturgia de la Iglesia: 1112.

* La respuesta

_ El Espíritu Santo, el principio de la vida de la Iglesia:
“El Espíritu Santo es ``el principio de toda acción vital y
verdaderamente saludable en todas las partes del
cuerpo''. Actúa de múltiples maneras en la edificación de todo el
Cuerpo en la caridad: por la Palabra de Dios,
``que tiene el poder de construir el edificio'' (Hch 20,32), por el Bautismo
mediante el cual forma el Cuerpo de
Cristo, por los sacramentos que hacen crecer y curan a los miembros de
Cristo; por ``la gracia concedida a los
apóstoles'' que ``entre estos dones destaca'', por las virtudes que hacen
obrar según el bien, y por las múltiples
gracias especiales [llamadas ``carismas''] mediante las cuales los fieles
quedan ``preparados y dispuestos a asumir
diversas tareas o ministerios que contribuyen a renovar y construir más y
más la Iglesia''” (798).

* El testimonio cristiano

_ “En efecto, es a la misma Iglesia, a la que ha sido confiado el ``Don
de Dios'' ...Es en ella donde se ha
depositado la comunión con Cristo, es decir el Espíritu Santo, arras de
la incorruptibilidad, confirmación de
nuestra fe y escala de nuestra ascensión hacia Dios ...Porque allí
donde está la Iglesia, allí está también el
Espíritu de Dios; y allí donde está el Espíritu de Dios, está
la Iglesia y toda gracia (San Ireneo, haer. 3, 24, 1)”
(797).
Cuando el seguimiento de Jesús, fruto de la fe en Él, fructifica, toda
la vida del cristiano “transparenta” a Jesús.
Y como seguir a Jesucristo no conoce límites ni fronteras, siempre nos
exigirá más.




Grupo de oración "La Nueva Unción" - Domingo 18 de mayo 2014


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Grupo de oración "La Nueva Unción" de la comunidad de Santa maría PLainfield NJ domingo 18 de mayo 2014 con el tema: "Descubrir cúal es la vouluntad de Dios " por el hno Jose Rodriguez.